¡El juicio a Sauron!

Por fin se hara justicia!!

Cuando al fin entré en las estancias, estas aparecian aún vacias, con la excepción de algun conserje que adecentaba el lugar para la importante cita de horas más tardes y de un gigantesco guardia armado, que parecia clavarme los ojos hasta las entrañas; pero le sostuve la mirada, para que indagase en mis intenciones.
Admire la fantastica arquitectura del salón, grande, exquisitamente decorado, con una iluminacion muy inteligente. Perdí unos instantes observando el lugar antes de decidirme a salir con los demás. Fuera bullía de conversaciones. Aún me encontraba impaciente por lo que sucedería.
Los golpes resonaron profundamente en los oidos de los presentes. Todos dejaron sus conversaciones pendientes. Ahora vendría lo bueno.
Uniformado como exigia el evento, Tulkas, avanzó unos pasos para dirigir su voz profunda sobre los asistentes.
-¡Silencio!- exclamó mirando a todos al mismo tiempo.- Su señoria, Eru Iluvatar. Pónganse en pie.

Todos nos incorporamos mientras la puerta sobre el estrado se abria, para observar la aparición más admirable y apabullante que jamás observase. Eru entró mirando al suelo. Todos hicimos una genuflexión, tal y como habiamos entrenado para este momento. Eru, sin embargo, nos ignoró mientras se ataba los cordones de sus zapatos nuevos. Pude escuchar alguna risa entre los miembros del jurado, pero en el público nadie se atrevió, con la amenazante mirada reprobadora de Tulkas. Este indicó su asiento al gran juez, que le ignoró también, yendo a dar dos besos a la dama Luthien.
El jurado se partia de risa, por la falta de protocolo. Reconocí las caras risueñas de Manwe, Ulmo, Aule, Orome, la hermosa Varda, la alta Yavanna y la gris Este. Los notarios que llevarian a cabo la crónica taquigráfica del juicio, serian Nienna e Irmo. Auxiliando a Eru, como anfitrión, estaba Mandos, que se sentó a la derecha del Gran Juez.
Eru sacó un papel arrugado de su larga toga, se ajustó la peluca blanca y rizosa, carraspeó y comenzó a hablar:
- Por los poderes que me han sido conferidos por mi mismo, por mi autoridad como Gran Juez del Fuego Secreto y por ser el de más nivel de aquí, declaro abierto el juicio que enfrenta a la Tierra Media, toda ella, contra el Gran Enemigo Oscuro, el Maia SAURON.
[Sauron en Barad-dûr]
Por favor, que entre el acusado, que quiero verle la jeta.
Eonwe abrió una gran puerta y desapareció tras ella para luego aparecer con el reo encadenado, con grilletes de eog y mithrarian (antimagia) y un enorme yelmo (para que no se le ocurriese hacer sortilegios). Para ese mismo fin, Eru había ordenado poner al acusado un anillo multiplicador de por cero Puntos de poder mágicos.
Sauron hizo su aparición en la sala, con su disfraz de Ojo sin Párpado, con los brazos y las piernas delgaduchas. Apareció entre los abucheos y lanzamiento de objetos y escupitajos al tio más odiado. Llevaba dos semanas sin comer, para que tuviera las ideas más claras. Sólo una pequeña porción de los asistentes aplaudió ante la entrada del asqueroso individuo. Yo mismo le lancé un certero trozo de chicle que le impacto en...el Ojo (con cadenas tenia menos B.D).

Tulkas mandó silencio. Todos callamos a la vez. Todos menos uno, un cacique oriental le estaba contando una gracia a su compañero y no le pareció suficiente razón para dejar de contarla el que el tio más cachas existente se lo mandase. Tulkas no soportaba la falta de respeto de un Segundo Nacido. El bofeton le empotró contra la pared del fondo...
Silencio.

- Ante la petición del acusado de defenderse a si mismo, alegando animadversión de todo posible abogado para con él y que está suficientemente capacitado tras haber hecho el curso 900 107 900 de Defensa en contenciosos juridicos, y haber conseguido el diploma de Litigante profesional, la Corte Suprema acepta dicha petición.- Leyo de carrerilla Eru de su arrugada chuleta. - Por favor, Sauron, que ya eres mayorcito, ¿quieres quitarte el disfraz de Ojo, o le digo a Tulkas que te lo quite a ostias?.
Sauron obedeció. Se escucharon risas entre el público y algunos chistes faciles: "A ese no le he quitado el Ojo de encima" u "Ojo con lo que haces, tio".
Gandalf se puso en pie, llamó la atención de Eru, que le concedió permiso para hablar.
- Señoria, señores y señoras del jurado, damas y caballeros. Como todos saben, he sido elegido, por unanimidad, fiscal de la causa 34@#/B en contra del culpable, Sauron. En posteriores juicios podremos repasar los actos criminales de sus compinches y subordinados. Pero hoy nos fijamos la meta de condenar justamente al interpelado. 12 largos años han pasado desde que su refugio y fortaleza cayó ante el asedio de los paladines del Bien, desde que su ejercito de desharrapados orkos fue desperdigado y sus cabecillas atrapados.
La información obtenida por Tulkas nos llevó hacia posibles guaridas secretas y zulos en los que se ocultara él, con su carga de mithril y laen. Varios años tardó en aparecer y ser acorralada esta sabandija que...
-¡Protesto, Señoria! -exclamó descontento Sauron.- Esa forma de tratarme y nombrarme no es ética ni cívica; pediría que se llamase la atención al fiscal sobre su lenguaje.
-¡Que te pires!- le espetó Eru despectivamente.
-...que se ocultó del Bien.-prosiguió, molesto por la interrupción, Gandalf.- para evitar enfrentarse contra la verdadera justicia de Arda.
-Todo eso esta muy bien, señor fiscal, -dijo Eru mirando el reloj- pero vamos a empezar rapidito, que a las 2 tengo una comida importante, ¿eh?.
-De acuerdo -dijo Gandalf- Mi primer testigo es Elrond, hijo de Earendil y de su madre.
Elrond, que estaba sentado a mi lado, se levantó de su asiento alegremente, mientras se escuchaba una música de fondo que recordaba a un cutre concurso televisivo. Saludó al público y estrechó varias manos mientras se dirigía al estrado. Algun gracioso (enano) dijo "a jugar".
Una vez sentado el medio elfo, se le acerco Tulkas con una antorcha en una mano y una maza de dos manos en la otra.
-Por el Sagrado Fuego de Arda -empezó a decir, intentando recordar, mientras alguien del público le soplaba-, y la Gran Musica esa, ¿juras solemnemente decir la verdad, nada más que la verdad y la verdad todísima?
- Sip -contestó Elrond.

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