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ES LA BABA
Oliverio Girondo
Es la baba.
Su baba.
La efervescente baba.
La baba hedionda,
c�ustica;
la negra baba rancia
que babea esta especie babosa de alima�as
por sus rumiantes labios carcomidos,
por sus pupilas de ostra putrefacta,
por sus turbias vejigas empedradas de c�lculos,
por sus viejos ombligos de regat�n gastado,
por sus jorobas llenas de intereses compuestos,
de acciones usuarias.
La pestilente baba,
la baba doctorada,
que averg�enza la felpa de las bancas con dieta
y otras muelles poltronas no menos escupidas.
La baba tartamuda,
adhesiva,
viscosa,
que impregna las paredes tapizadas del corcho
y contempla el desastre a trav�s del bolsillo.
La baba disolvente.
La agria baba oxidada.
La baba.
�S�! Es su baba...
Lo que herrumbra las horas,
lo que pervierte el aire,
el papel,
los metales;
Lo que infecta el cansancio,
los ojos,
la inocencia,
con sus vermes de asco,
con sus virus de hast�o,
de idiotez,
de ceguera,
de mezquindad,
de muerte.
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